Es una expresión común entre los seres humanos: movilizarnos al lugar donde realizamos una tarea y, a cambio, recibimos un pago, ya sea por hora, día, semana o mes. Pero, si realizamos la misma tarea sin recibir paga, ¿lo llamamos trabajo? Aquí en Canadá, donde vivo, se denomina voluntariado. Es decir, un trabajo no remunerado, donde tú o alguien más lleva a cabo una obra que ayudará a otros.
Cabe resaltar que esta obra realizada por voluntarios también es ejercida por personas que reciben un sueldo; ambos realizan el mismo trabajo, pero para uno será su trabajo y para otro, su buena obra. Los dos hicieron lo mismo, pero uno dejó de lado lo habitual, incluso lo remunerado, para ir a realizar una obra por la cual no recibirá pago.
La pregunta es: ¿por qué lo hizo? La respuesta está implícita en el amor.
“Si pudiera hablar todos los idiomas del mundo y de los ángeles, pero no amara a los demás, yo solo sería un metal ruidoso o un címbalo que resuena. Si tuviera el don de profecía y entendiera todos los planes secretos de Dios, y contara con todo el conocimiento, y si tuviera una fe que me hiciera capaz de mover montañas, pero no amara a otros, yo no sería nada. Si diera todo lo que tengo a los pobres y hasta sacrificara mi cuerpo, podría jactarme de eso; pero si no amara a los demás, no habría logrado nada. El amor es paciente y bondadoso. El amor no es celoso ni fanfarrón ni orgulloso ni ofensivo. No exige que las cosas se hagan a su manera. No se irrita ni lleva un registro de las ofensas recibidas. No se alegra de la injusticia, sino que se alegra cuando la verdad triunfa. El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.” 1 Corintios 13:1-7 NTV
En cualquier obra que realicemos, debe ir implícito el amor. Porque el amor nunca pierde la fe; en el amor siempre hay esperanza y se mantiene firme en toda circunstancia, además de ser paciente y amoroso, sin envidias, etc.
Este texto describe un acto de realizar buenas obras. Cuando sabemos cuál es el propósito de Dios en nuestras vidas, las obras serán el resultado de nuestra relación con Él, de nuestro amor hacia Él y hacia los demás.
Para reflexionar hoy:
¿La tarea que estés realizando, sea pagada o no, la haces con amor?
¿Has descubierto el propósito de Dios en tu vida para realizar buenas obras?
Escrito por Víctor Preza, basado en la prédica del 19/10/2024.
Comentarios