En las últimas semanas hemos hablado de permanecer, persistir, aguantar y no desistir. Un tema clave en nuestra fe es la manifestación del Espíritu Santo en nuestra vida, pero deberíamos preguntarnos: ¿por qué a veces no se puede manifestar? ¿Por qué en algunas ocasiones es tan evidente, mientras que en otras parece estar ausente?
Dios, en su palabra, nos dice que Él busca adoradores en espíritu y en verdad (Juan 4:23-24). ¿Qué nos estará diciendo con esto?
Para ser honesto, debo admitir que en muchas ocasiones mis emociones han estado por encima de mi espíritu, y cuando nos movemos basados en nuestras emociones, desafortunadamente, opacamos el fruto del Espíritu Santo en nuestras vidas.
Hace unas semanas, tomé una decisión influenciado por mis emociones, que en ese momento estaban por el suelo. Aunque mi intención no era causar daño, terminé hiriendo a personas que amo y provocando una división temporal en mi familia. Hoy, gracias a Dios, reconozco mi error, pedí perdón y todo ha vuelto a la normalidad.
Como hijos de Dios, estamos llamados a vivir en el Espíritu y no solo con el Espíritu. Es decir, dejar que el Espíritu Santo de Dios se manifieste a través de nosotros, que pueda libremente desarrollar y dar su fruto: amor, gozo, paz, paciencia, bondad, benignidad, fe, templanza, dominio propio.
Es como un pez en el agua, rodeado de ella por dentro y por fuera. Este es nuestro deber. Sin embargo, cuando las emociones nos dominan, manifestamos los deseos de la carne, y la carne produce muerte, mientras que el Espíritu nos da vida.
Te invito a no permitir que sea la carne quien te gobierne, sino a permanecer en el Espíritu, para que Él gobierne tu vida y puedas dar vida.
Cristo Jesús nos dice que vino a darnos vida y vida en abundancia, pero también nos advirtió que era necesario que Él partiera para que el Padre nos enviara su Santo Espíritu, fuente de poder, guía, dirección e instrucción.
Así, mis amados, una vida cristiana sin el poder del Espíritu Santo en nuestras vidas es solo una religión.
"No entristezcan al Espíritu Santo de Dios con la forma en que viven. Recuerden que Él los identificó como suyos, y así les ha garantizado que serán salvos el día de la redención. Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta. Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo." Efesios 4:30-32 NTV
Escrito por Wilmer López, basado en la prédica del 23 de noviembre de 2024.
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